Qué es la Doble Materialidad en sostenibilidad
Imagina por un momento que tienes un mapa del tesoro, pero éste no solo te guía hacia los beneficios económicos de tu empresa, sino que también revela cómo impactan tus decisiones en el entorno y la sociedad. Intrigante, ¿verdad? Esto es justo lo que surge cuando te preguntas qué es la doble materialidad.
En este artículo vamos a desvelar su significado completo. Exploraremos por qué este concepto está revolucionando la sostenibilidad y por qué todo el mundo habla de él como si fuera el descubrimiento del año.
Qué es la Doble Materialidad
La doble materialidad es un concepto que analiza los temas clave para una empresa desde dos perspectivas complementarias. Por un lado, evalúa cómo los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) afectan financieramente a la organización, lo que se denomina materialidad financiera. Por otro, examina cómo las actividades de la empresa impactan en el entorno, la sociedad y otros grupos de interés, conocido como materialidad de impacto.
"La doble materialidad es una herramienta que permite a las empresas entender no solo cómo les afecta el mundo, sino también cómo ellas afectan al mundo."
¿Por qué la Doble Materialidad es relevante hoy en día?
La relevancia de la doble materialidad no es una cuestión de moda, sino de necesidad. En un mundo cada vez más interconectado y vulnerable a riesgos globales como el cambio climático, las desigualdades sociales o las crisis económicas, las empresas están bajo el escrutinio de gobiernos, inversores y consumidores. Ya no basta con maximizar beneficios; se espera que las organizaciones sean responsables con su entorno y transparentes en sus operaciones.
Por un lado, la doble materialidad permite a las empresas anticiparse a riesgos financieros relacionados con la sostenibilidad. Regulaciones ambientales más estrictas, la transición energética o incluso cambios en las preferencias del consumidor pueden impactar directamente en su rentabilidad. Por otro, este enfoque les ayuda a identificar y gestionar sus impactos sociales y ambientales, lo que no solo es éticamente correcto, sino también clave para construir confianza y credibilidad.
Además, los marcos regulatorios como la Directiva CSRD están poniendo este concepto en el centro del tablero, haciendo que su integración ya no sea opcional, sino un requisito obligatorio para muchas organizaciones. La doble materialidad no solo responde a las demandas de un mercado más consciente, sino que también actúa como una guía estratégica para aquellas empresas que buscan sobrevivir —y prosperar— en una economía más sostenible.
Contexto en sostenibilidad empresarial
La sostenibilidad empresarial se ha convertido en una prioridad estratégica para empresas de todos los sectores. Ya no es suficiente limitarse a generar valor económico; ahora se espera que las organizaciones actúen como motores de cambio, enfrentando desafíos globales como el cambio climático, la desigualdad social o la escasez de recursos naturales.
En este contexto, la doble materialidad ha surgido como una herramienta clave para conectar los objetivos de negocio con las expectativas sociales y ambientales. Más allá de responder a las crecientes demandas regulatorias, como la Directiva CSRD, este enfoque permite a las empresas posicionarse como líderes en sostenibilidad, gestionando tanto los riesgos como las oportunidades asociados a sus operaciones.
Lo más relevante es que la sostenibilidad empresarial ya no es opcional; es una exigencia del mercado. Consumidores, inversores y legisladores exigen un compromiso claro y verificable con la sostenibilidad, lo que está cambiando las reglas del juego. Las empresas que adopten enfoques innovadores como el de la doble materialidad no solo estarán cumpliendo con su responsabilidad social, sino que también estarán ganando ventaja competitiva en un entorno donde la sostenibilidad define el éxito.

Componentes de la Doble Materialidad
El enfoque de la doble materialidad se descompone en dos componentes principales, cada uno de ellos fundamental para comprender las relaciones entre las empresas y su entorno: la materialidad financiera y la materialidad de impacto. Ambos pilares ofrecen una visión integral que permite a las organizaciones anticiparse a riesgos, aprovechar oportunidades y, al mismo tiempo, asumir su responsabilidad con la sociedad y el medio ambiente.
Materialidad financiera
La materialidad financiera analiza cómo los factores externos relacionados con la sostenibilidad (ambientales, sociales y de gobernanza, ESG) pueden influir en los resultados económicos y el valor a largo plazo de la empresa. Este componente se centra en preguntas clave como:
- ¿Cómo puede afectar una nueva regulación ambiental a los costes operativos de la empresa?
- ¿De qué manera influye la escasez de recursos naturales en las cadenas de suministro?
- ¿Qué impacto tienen los cambios en las expectativas de los inversores sobre las políticas ESG?
Por ejemplo, un fabricante automotriz podría evaluar cómo el endurecimiento de las normativas sobre emisiones afecta la viabilidad financiera de ciertos modelos de vehículos. Este análisis ayuda a las empresas a gestionar riesgos y adaptarse rápidamente a un entorno cambiante, fortaleciendo su resiliencia económica.
Materialidad de impacto
Por otro lado, la materialidad de impacto evalúa cómo las actividades de la empresa afectan al entorno y a la sociedad en términos ambientales, sociales y económicos. Este enfoque no solo considera los impactos negativos, como la generación de emisiones o residuos, sino también los positivos, como la creación de empleo o el desarrollo de comunidades locales.
Las preguntas clave aquí incluyen:
- ¿Qué efecto tienen las operaciones de la empresa en el cambio climático?
- ¿Cómo impactan las decisiones corporativas en la salud y bienestar de las comunidades?
- ¿De qué manera influyen las prácticas laborales de la empresa en la igualdad y los derechos humanos?
Un ejemplo sería una empresa del sector textil que evalúa cómo su cadena de suministro contribuye a la contaminación de los ríos o al uso excesivo de recursos hídricos, buscando implementar mejoras que reduzcan su huella ambiental.
Con estos dos componentes, la doble materialidad ofrece un enfoque equilibrado y estratégico que permite a las empresas tomar decisiones informadas y alineadas con un modelo de negocio sostenible.

Marco regulatorio y normas asociadas
La implementación de la doble materialidad no surge de un vacío. Su creciente adopción está directamente impulsada por un marco regulatorio robusto y por estándares internacionales que buscan alinear las estrategias empresariales con los objetivos de sostenibilidad global. Este apartado aborda las principales normativas y guías que consolidan este concepto como una práctica esencial en la gestión corporativa.
La Doble Materialidad en la Directiva CSRD
La Directiva CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) de la Unión Europea es, sin duda, uno de los mayores impulsores de la doble materialidad. Entró en vigor para reforzar los requisitos de transparencia y responsabilidad en el reporte de sostenibilidad de las empresas.
Bajo esta directiva:
- Las empresas deben informar tanto sobre los impactos financieros de los factores ESG en sus operaciones (materialidad financiera) como sobre los efectos de sus actividades en el entorno y la sociedad (materialidad de impacto).
- Aplica a un rango más amplio de organizaciones, incluyendo grandes empresas, pymes cotizadas y entidades no cotizadas con impacto significativo.
- Se introducen los Estándares Europeos de Información de Sostenibilidad (ESRS), que proporcionan directrices concretas para recopilar y presentar esta información.
En resumen, la CSRD eleva el concepto de la doble materialidad al nivel de una obligación legal, dejando claro que la sostenibilidad no es un añadido, sino un pilar de la gestión corporativa.
Relación con la Taxonomía Verde Europea
La Taxonomía Verde Europea complementa la doble materialidad al proporcionar un sistema claro para clasificar actividades económicas sostenibles. Este marco:
- Ayuda a las empresas a determinar si sus actividades contribuyen significativamente a objetivos ambientales clave, como la mitigación del cambio climático o la economía circular.
- Define los criterios para garantizar que las actividades no causen daños significativos en otras áreas, conocido como el principio de no causar daño significativo (DNSH).
La conexión con la doble materialidad es evidente: mientras esta última evalúa impactos y riesgos desde dos perspectivas, la Taxonomía Verde sirve como una herramienta para que las empresas alineen sus operaciones y estrategias con estándares ambientales reconocidos.
Referencia a los estándares GRI
Los Estándares GRI (Global Reporting Initiative) son otro marco fundamental que apoya el enfoque de la doble materialidad. Aunque GRI comenzó centrándose principalmente en el impacto de las empresas en el mundo, ahora integra elementos que reconocen los riesgos y oportunidades financieros asociados a la sostenibilidad.
Bajo los GRI:
- Las empresas deben informar sobre temas materiales basándose en las expectativas de sus grupos de interés, desde inversores hasta comunidades locales.
- Se fomenta un análisis profundo de los impactos ambientales, sociales y económicos, alineándose perfectamente con el enfoque de la materialidad de impacto.
Los GRI ofrecen un enfoque flexible y globalmente reconocido que complementa normativas como la CSRD y la Taxonomía Verde, asegurando que la sostenibilidad sea tratada de manera integral.
La doble materialidad no solo está respaldada por estos marcos regulatorios y estándares, sino que también se convierte en un eje central para conectar las estrategias empresariales con un mundo en transición hacia la sostenibilidad.

Beneficios de aplicar la doble materialidad
Implementar el enfoque de la doble materialidad no solo cumple con las crecientes demandas regulatorias, sino que también aporta ventajas estratégicas que pueden transformar a las empresas en líderes del cambio sostenible. Este enfoque permite identificar riesgos y oportunidades desde perspectivas complementarias, promoviendo una gestión más informada y responsable. A continuación, exploramos sus principales beneficios.
Ventajas para la estrategia empresarial
Adoptar la doble materialidad impulsa a las empresas a integrar la sostenibilidad en el núcleo de su estrategia, generando beneficios clave como:
- Gestión proactiva de riesgos: Identificar amenazas ambientales y sociales antes de que se conviertan en problemas críticos permite a las empresas proteger su resiliencia operativa y financiera.
- Innovación y competitividad: La evaluación del impacto en el entorno y la sociedad abre la puerta a soluciones innovadoras que mejoran los procesos, productos y servicios.
- Alineación con las expectativas del mercado: Las empresas que demuestran compromiso con la sostenibilidad tienen una ventaja competitiva en mercados donde consumidores e inversores valoran prácticas responsables.
Aportaciones al cumplimiento de objetivos de sostenibilidad
La doble materialidad ayuda a las empresas a cumplir con objetivos de sostenibilidad clave, tanto internos como externos:
- Contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): Facilita la alineación con metas globales, como la acción climática (ODS 13) o la igualdad de género (ODS 5).
- Transparencia y credibilidad: Al informar sobre sus impactos y riesgos financieros de forma equilibrada, las empresas refuerzan su reputación y construyen relaciones de confianza con sus grupos de interés.
- Mejora en la toma de decisiones: Ofrece una visión integral que combina factores financieros y de impacto, asegurando que las decisiones estén respaldadas por análisis rigurosos.
Impacto positivo en la percepción de los stakeholders
La aplicación de la doble materialidad tiene un impacto directo en cómo los diferentes grupos de interés perciben a la empresa:
- Inversores: Valoran la capacidad de las empresas para gestionar riesgos financieros y aprovechar oportunidades sostenibles, lo que puede traducirse en un mayor acceso a capital.
- Clientes y consumidores: Prefieren marcas comprometidas con la sostenibilidad, fortaleciendo la lealtad y aumentando la intención de compra.
- Empleados: Promueve un sentido de orgullo y pertenencia al trabajar para una empresa que no solo persigue beneficios económicos, sino que también contribuye a un mundo mejor.
En definitiva, la doble materialidad no es solo una herramienta técnica o un requisito regulatorio; es una inversión estratégica para las empresas que buscan ser relevantes y responsables en un entorno que exige sostenibilidad en todos los niveles.

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